Dedicado a ti, cariño.
A ti, que me conociste y desconociste a la vez, a ti, que me mirabas a los ojos sin temor a nada más, a ti, que por dos años supiste lo que es querer a alguien como si en la vida no existiera nada más o mejor dicho, ser querido por alguien.
A ti, dulce y amargo, que sabes quién soy, pero, no sabes quién eres.
A ti, que me enseñaste la importancia de no aferrarnos a algo que camina sobre la inestabilidad.
Gracias, catire de ojos verdes, por cambiar mi mundo. Hoy no estás, pero dejaste mucho, la visión de un mundo donde el sujeto y el complemento, soy yo.
Gracias desgraciadas, te doy, por nada.
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