Aquí
estamos… sí, la noche y yo, dándole oportunidad a las letras para que estallen,
y así, después de mucho tiempo, tener un encuentro conmigo misma, ese encuentro
que solo la escritura puede darme.

Me dieron
las tres de la mañana entre oscuridad y un poco de Joaquín Sabina de fondo, y
en ese momento, me dije: vamos, es hora, toca dejar salir todo lo que llevas
por dentro. Y en ese momento, recordé, que nada mejor que venir aquí y lanzar
en este inmenso mundo algunas letras, dirigidas a destinatarios anónimos.
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